Los coches de Chip Ganassi tomaron las riendas de la carrera durante el primer cuarto de la competencia con Scott Dixon y Alex Palou intercambiando la primera posición, mientras el neerlandés Rinus VeeKay se posicionaba detrás de ellos a menos de un segundo.
Al cruzar la mitad de la distancia pactada, 100 de 200 giros, el neozelandés estaba por delante de Daly, pero seguido por el mexicano Patricio O’Ward. Ellos tres estaban en menos de un segundo de diferencia. Ericsson, Kanaan, Ferrucci, Carpenter, Newgarden, Rosenqvist y Sato completaban el top 10 a esa altura.
Con 106 giros en el contador se abrió la ventana para la tercera ronda de detenciones. Daly fue a los boxes y heredó a O’Ward la segunda posición. El movimiento del estadounidense se produjo al mismo tiempo que el francés Romain Grosjean impactó en el muro exterior de la curva 2 para poner fin a su primera participación en las 500 Millas de Indianápolis.
Los boxes se abrieron en la vuelta 108 y todos, a excepción de Daly fueron a los pits. El estadounidense del equipo de Ed Carpenter se mantuvo en la cima mientras Dixon regresó en segundo seguido por O’Ward y Ferrucci. Alex Palou se metía dentro de los primeros 20.
El liderato del mexicano estuvo en riesgo cuando McLaren tuvo complicaciones para cambiar uno de sus neumáticos. A pesar de esto regresó por delante de Dixon para mantenerse en la cima.
O’Ward sacó hasta 1.3 segundos de ventaja después de la vuelta 150, pero eso desapareció ante la cuarta bandera amarilla luego del impacto del Penske de Scott McLaughlin.
La victoria parecía quedar en manos del sueco cuando a cinco giros del final Jimmie Johnson impactó provocando otra bandera amarilla. De haberse mantenido esas condiciones Ericsson podría haber cruzado en primero, pero IndyCar decidió mandar a bandera roja para permitir un reinicio de verde, blanca y cuadros en la lucha por la victoria entre el sueco y el mexicano.
Ericsson defendió con todo la posición y aunque O'Ward intentó en la última vuelta una bandera amarilla final provocada por el choque de Sage Karam impidió cualquier ataque.
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