Monza es un caso especial en la F1, ya que la mayoría de los equipos llevan un paquete único a esta pista y que no se vuelve a utilizar durante la temporada. Como se necesita tan poca carga aerodinámica en toda la vuelta, los equipos tienden a usar alerones traseros de perfil muy bajo que reducen significativamente la resistencia aerodinámica si se comparan con una configuración normal. También hay que tener en cuenta el esfuerzo extra que se genera en el motor durante la carrera y el número de veces que los coches tienen que frenar cuando vienen circulando a toda velocidad.
Spa es otro circuito con largas rectas, y la sección de la pista desde la salida de la curva 1 hasta el final de la recta Kemmel es uno de los tramos más largos en los que los coches de F1 van a toda velocidad durante la clasificación. Sin embargo, hay varias curvas de alta velocidad en el segundo y tercer sector, por lo que los equipos siempre tratan de encontrar en Bélgica el balance adecuado entre la velocidad en línea recta y la carga aerodinámica.
El Gran Premio de México en el Autódromo Hermanos Rodríguez es algo atípico. Sus largas rectas y sus curvas de baja a media velocidad deberían convertirlo en un circuito de pura potencia, pero los equipos suelen correr aquí con configuraciones de carga aerodinámica completa. Esto se debe a que la pista está situada a 2,285 metros sobre el nivel del mar, y el aire es tan fino que los equipos pueden permitirse llevar toda la carga aerodinámica que quieran en sus coches sin desarrollar niveles excesivos de resistencia.
Algunos analistas creen que esta es la razón por la que a Red Bull le ha ido tan bien en México en los últimos años, a pesar de que el equipo tenía una desventaja de potencia cuando utilizaba motores Renault hasta finales de 2018.
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